Batalla de Acaxual.
El 6 de Junio, en el año del Señor de 1524 entro por
Mochizalco El ejército de conquista español. A las órdenes del capitán Pedro de
Alvarado, para el día 7 de ese triste mes, ocupo sin ninguna resistencia el
pueblo de Acatepeque, que había sido abandonado antes de su llegada; Para el día
8 en las planicies de la costa, en Acajutla desde cierto punto, se detuvo a observar
un numeroso ejercito de Yaquis o Pipiles decidido a resistirse ante los
desconocidos hombres blancos con armaduras brillantes, es lógico que estaban
cansados de caminar, me permito situarme un
poco en ese momento, calor, cansancio una armadura metálica y tres días
caminando.
En una carta escrita el día del Señor 28 de Julio de 1524 en
la que le informa a Hernan Cortez, que en la llanura de Acaxual, “vio los
campos llenos de gente de guerra con sus vestiduras de plumas y de pieles, con
armas defensivas y ofensivas” en la mitad del llano, también observó que cerca
del llano existía un monte en donde los soldados indígenas podían refugiarse, decidió
hacer una maniobra de retirada para encontrar un punto más propicio para
iniciar batalla.
Eso fue tomado por los Indígenas como señal de debilidad y
miedo ante ellos, según la historia fueron 100 jinetes y 150 infantes Blancos,
con armaduras metálicas, mas un ejercito de 5,000 a 6,000 indios auxiliares,
contra los millares de soldados nativos invictos en muchas guerras anteriores.
“Fue tan grande el placer que sintieron desde que me vieron
retraer – dice Alvarado a Cortes- que me siguieron hasta llegar a las colas de
los caballos y las flechas pasaban hasta los delanteros”.
Esto lo hicieron para alejarlos de los montes, Tunatiuh – es
el nombre que daban los indios al jefe Español- cuando sintió que estaban lejos
de los refugios dio la orden de girar contra ellos con todo y sin compasión,
con la caballería y los miles de auxiliares (malinches) que los acompañaban –Rompimos
por ellos – la matanza fue tal que en poco tiempo no quedo ninguno porque los
que quedaron vivos y fueron milescorrieron aterrorizados, pero antes de tal duro momento mataron a numerosos indígenas auxiliares, como a unos que otros Españoles, Hasta el mismo capitán Alvarado fue herido de lo que nunca pudo recuperarse, desde ese momento utilizo una suela de 4 dedos de alto en su calzado.
Cuenta la historia que luego se hizo leyenda que fue el Príncipe Atonal o “Sol de Agua
“que lanzo esa inolvidable flecha que impacto y traspaso el muslo izquierdo de
Alvarado, por espacio de 8 meses Alvarado hasta mediados de febrero el capitán estuvo
en trances de muerte debido a la brutal herida, Imaginemos por un momento los
delirios espirituales que mantuvo por las fiebres, creo que se ha de haber
conectado con los espíritus de estas tierras, NUESTROS DIOSES OCULTOS.
Carlos Arita
We Too Magazine